
Su preocupación no se encuentra unicamente en el análisis sino en la búsqueda de sistemas de representación que codifiquen aquellos aspectos del movimiento (de la danza, en el extremo, como movimiento organizado) directamente vinculados con el espacio.
Del mismo modo, introdujo la personalización en los movimientos coreografiados, de manera que se fijaran determinados instantes del movimiento para posteriormente registrar la interpretación personal y espontánea como parte de ese movimiento codificado.
Los nuevos registros necesarios para la notación de estos movimientos, forman en si mismos un nuevo lenguaje de representación, donde los vacíos tiene cabida como algo medido y acotado. En el extremo, su trabajo se reconduce en los últimos años hacia la industria, donde realizó estudios de los patrones de movimiento y el tiempo necesario para realizar determinadas tareas, labor que permitiría optimizar, tras una adecuación a los parámetros estudiados, la energía consumida y producida en el trabajo diario.
La construcción geométrica de nebulosas de movimiento parcialmente desconocidas, nos interesa como método de visibilización de patrones invisibles, así como por la racionalización de las geometrías desconocidas.